The beginning of the end ~ Charlie {Dom Sep 03, 2017 3:48 am}

The beginning of the end

¿Cuánto tiempo había pasado desde que habían publicado esa foto? Al menos dos o tres semanas y desde entonces Charlie no me había dado la oportunidad de hablar y sus comentarios mordaces iban cada vez en aumento. La situación ya me estaba sacando de quicio y aunque ella se había negado a decirme algo sobre sus fechas de viaje y ese tipo de cosas no había sido nada complicado seguirle la pista hasta este momento, por tanto sabía perfectamente que hoy estaba en casa y no iría a ningún lado hasta dentro de un par de días.

Respiré hondo una vez más antes de subir hasta el piso donde vivía, a mis espaldas iba Burford y un cerrajero, estaba decidido a terminar esto de una buena vez. Primero trataría de hacerlo a la buena, todo dependería de ella. Toqué el timbre y la puerta después de ello - Abre, hazlo por las buenas, Charlie - Pedí dejándome ver por la mirilla esperando que tomará la decisión correcta.

Game Over.

Era ya bastante tarde y yo seguía en la cama, había regresado a la ciudad apenas un día antes y me sentía bastante agotada de la pequeña gira. Pero el estómago ganó aquella competencia de hambre vs flojera y tuve que me levanté para ir por algo que comer.

Abrí el refrigerador y saqué un cartón de leche, seguido a esto el cereal y un bowl para servirme, era tanta la flojera como para ponerme a hacer algo, y el delivery significaba tener que esperar, y no, esperar estaba totalmente descartado, el rugir de mi estómago lo dejó muy en claro al exigirme ponerme en pie y alimentarme.

Tomé el bowl y di la primera cucharada, pero el sonido del timbre me interrumpió el desayuno que ya pisaba más bien la hora de comer. Con cuchara en boca aún, me acerqué a la puerta para verificar quién era el o la que jodida tan "temprano". — Mierda — solté bajo, tal vez si no hacía ruido alguno se creía el departamento solo y se largaba. Sin remordimiento alguno me fui al sofá y seguí de lo más concentrada en mi cereal.

The beginning of the end

Espere como una persona civilizada un tiempo considerable como para que la persona del otro lado de la puerta pudiese ir a ver al menos de quien se trataba. Me masajee el puente de la nariz y tome una larga inhalación tratando de no perder la cabeza. Volví a tocar el timbre seguidamente de un par de golpes en la puerta - Charlie Danvers te estoy dando la oportunidad de hacer esto por las buenas, sé que estas ahí. Es la última oportunidad - Alce la voz cerca de la puerta para que el sonido de mi voz traspasará de mejor manera.

Espere un poco más de tiempo con paciencia, dándole de verdad la oportunidad de que pudiéramos resolver esto como personas adultas y no con cuestiones tan inmaduras como las actitudes que ella estaba tomando. Al no obtener una respuesta positiva no tenía más que seguir con el plan que tenía, le hice una seña a Burford quien rápidamente le dio paso al sujeto que prometía abrir aquella puerta y después desaparecer sin pregunta alguna.

Espere alrededor de un minuto cuando la puerta cedió, un asentimiento de cabeza a Burford que le indicaba que podía proceder sin problemas y entre con toda tranquilidad al apartamento, cerrando la puerta tras de mi - Danvers - Saludé mostrando un porte tranquilo pero con un tono de voz bastante amenazante.

Game Over.

Subí los pies al sofa para que mis rodillas quedaran a la altura de mi pecho y continué comiendo mi cereal de lo más tranquila, extendiendo la mano para tomar el control remoto de la TV y encendiéndola. La verdad es que ya poco me interesaba si escuchaba o no el ruido y eso le diese por enterado que ahí estaba, me sentía demasiado enojada con él, con el hecho de que se portase conmigo tan... que me hiciese creer cosas y luego aparecía en fotos con esa tipa muy abrazado y sonriente. Me sentía humillada, una maldita foto que ya había recorrido todos los programas y revistas de variedad y chismes no solo en Cambridge, sino más allá. pero claro, yo era la idiota e ingenua, porque Alek Danworth nunca iba a tomar en serio a alguien como yo para algo más que amistad, él iba a buscar algo más a su altura y clase siempre.

Ya no se escuchó más ni su voz ni ruido alguno, suspiré aliviada y me relajé del todo, extendiendo las piernas sobre la mesilla de centro y dando una última cucharada al bowl. Al parecer se había dado por vencido y había elegido ya dejarme en paz, algo que me lleno de satisfacción pero a la vez una extraña decepción.

— ¡Mierda! — pegué un brinco al escucharle y verlo pararse ahí tan calmado y perfecto como siempre, tan jodidamente él. — ¿Que put..?— me puse de pie, ahí, con una playera floja y mi ropa interior, mientras que él lucía... sí, tan él.

The beginning of the end

No pude evitar mostrar mi mueca de suficiencia ante la sorpresa de Charlie al verme tan tranquilo y compante a mitad de su salón. No sé sentía absolutamente orgulloso del método usado pero ella me había obligado a tomar medidas drásticas para remediar la situación que se había generado - No te levantes, no te molestes - Pedí acompañado de un ademán de la mano. Mostraba toda esa actitud autoritaria y aprovecharía que estaba con la guardia completemente baja.

Me adentré como si fuera mi casa, avancé a la cocina y sin más abrí la nevera para sacar una cerveza - Quise hacer esto por las buenas pero no me dejaste muchas opciones - Me plante a mitad de sala, esperando su berrinche y drama que empezaría a formarse cuando recobrara el temple.

Game Over

— ¿Cómo? tú... — miré a la puerta y luego nuevamente al empresario, me sentía molesta y a la vez completamente sorprendida y en shock por su acción, esta vez definitivamente se había pasado de la raya. Pero tan pronto me indicó sentarme lo hice, quedando quieta en el sofá con el cereal aún en las manos y reposando en mi regazo.

Le vi ir y venir, plantándose frente a mí con una cerveza en la mano como si aquella fuese su casa y pudiese andar a la mar de campante y dando ordenes. — Entrar a la casa de alguien por la fuerza no es una opción nunca — dejé entonces el cereal sobre la mesilla de centro y me volví a poner de pie para ir a la puerta e indicarle la salida.

The beginning of the end

Le di un sorbo a la cerveza en busca de unos segundos para seguir efectuando mi plan, aquel que en mi cabeza estaba perfectamente estructurado y que parecía funcionar pero claramente tenía que ir adaptando según las reacciones de Charlie, era una persona bastante impredecible.

Y justo cuando ella hablo sobre entrar a la “fuerza” a una morada fue cuando mi plan se adaptó nuevamente – Curioso que lo menciones porque más o menos así fue como nos volvimos a encontrar – Le recordé el primer encuentro que había tenido en Cambridge, donde sin saberlo me esperaba en mi apartamento – No iré a ningún lado, así que siéntate. Quiero que hablemos – Le pedí no con el tono autoritario de siempre, más bien con un tono amable que le indicaba que venía en son de paz.

Game Over

Y efectivamente, tal lo esperado, ni siquiera se inmutó o gesticuló de ninguna forma ante mi postura. En cambio, lo volteó, era buenísimo para querer poner siempre todo a su favor, pero para su mala suerte, yo era demasiado cabezota como para ceder. — Es completamente diferente, Buford me dio autorización y tú mismo lo has dicho, él es como tú familia — me crucé de brazos. No quería recordar aquel día, no quería si quiera pensar en la tipa aquella Rarry o como se llamara.

Le miré irritada, odiaba cuando hacía eso, el pedir las cosas amables, no podía negarme a ese Alek, al que no daba ordenes sino al que me hacía sentir tenía elección de decisión. — No necesito hablar nada de nada — pero aún así me acerqué y me senté, pero lo más alejada de él, como si mi cuerpo sintiere repelús por él, cuando era más bien debilidad.

The beginning of the end

Si, tal vez debería darle la razón, la manera de entrar tal vez no había sido la correcta pero eso no era por mucho lo que me preocupaba en estos momentos – Si, bueno…Buford también me ayudó a entrar – Deje el tema ahí, sin decir cómo ni nada más, eso ya lo hablaría si quería ella con Buford así como lo había hecho yo en su momento.

Le di otro sorbo a mi cerveza, sabía que estaba enfrentando una difícil batalla, lo notaba en ella, esa actitud cerrada que mostraba era clásica de Charlie – Bien…Fui a Roma esa semana y lo sabías, lo que yo no sabía es que ella estaría ahí – Deje la cerveza en la mesita de frente y me masajee el puente de la nariz unos segundos – Tenía el día libre y Buford y yo íbamos a comer, puedes pregúntale si quieres y ahí estabas, no pasó nada, no tenemos nada  y no me interesa tener algo con ella – Expliqué de la manera más sencilla que pude esperando su próxima explosión o lo que fuera a hacer.

Game Over.

Buford, claro, porque si me había ayudado a mí era más que obvio que lo haría por Alek, quien era casi como su propia familia. Ya me tocaría hablarme con él sobre límites, los cuales aplicaban totalmente conmigo cuando del empresario mandón colado gracias a él en mi casa se trababa.  — Pues es algo que no debió haber hecho, y den gracias ambos que no voy a llamar a la policía — aunque me pensé por un segundo que Alek era tremendamente capaz de hasta meter ahí su mano y hacer que nadie acudiera a la denuncia. Pero no, no llegaba a tanto, y sin duda no rompería jamás una regla o usaría su poder en ello. — Te digo que no me interesa saber, y tampoco el preguntarle a alguien que acaba de violar el seguro de mi puerta, porque seguramente me dirá lo que tú le hayas pedido que diga — suspiré, no tenia las más mínimas ganas de discutir aquello, me dolía y era agotador, el constante pensamiento de saberme mucho menos que todas esas muy finas tipas que eran más de su mundo. Alek y yo siempre teníamos esos recordatorios de que pertenecíamos a lugares diferentes.

— En serio, Alek, basta, no quiero saberlo, no me interesa, puedes salir con esa o con la que quieras — mentía. — Si quieres incluso volver con la chica esa del nombre de perro fino, adelante, en serio, no me interesa — mordí mi labio inferior y mire hacia mis manos que de pronto estaban nerviosas, comenzaba a rascar la pielecilla cercana a mis uñas, las cuales tenían ya además el esmalte desgastado. — Somos amigos, y te quiero demasiado, lo sabes bien, así que... si te gusta esa o cualquier otra, no voy a discutir más, eres un hombre adulto, y sabes lo que haces, es solo que... — le miré. — Hay algo que no me gusta en ella, me da mala espina, tiene una mirada nada inocente y más bien de larga — y no me iba a admitir que realmente eran tremendos celos, un odio por no ser así, porque ella estuviese más al nivel de Alek, porque aunque un día realmente luchara por él y ganara, sería cuestión de tiempo para que esos dos mundos distintos chocaran como siempre.