De Beaulieu Mounier, Katherell {Lun Nov 23, 2015 5:16 pm}

Katherell De Beaulieu

 

Katherell De Beaulieu Mounier Played by Gemma Arterton 25.01.80 35 años Francesa Heterosexual Grupo Inversionista

P. Psicológico

No hay palabra que la describa mejor que: dama. Cada uno de sus movimientos y sus palabras son previamente analizadas, cuida en exceso lo que dice o hace porque es incapaz de dar una mala imagen de sí misma y de la educación que recibió en casa durante sus primeros años de vida. Katherell es cortés, amable, y su vocabulario jamás se verá manchado por frases altisonantes, la manera en que actúa ante situaciones incómodas y molestas es siempre diplomática, muchos suelen decir que la mujer tiene nervios de acero y es cierto. La paciencia es una de sus grandes virtudes, pues dentro del medio en el que labora, suele cruzarse con hombres que intentan pasar por encima de ella, sin embargo, nunca cae en el juego y encuentra la manera de salir victoriosa de todo embrollo.

Su carácter fuerte e imponente la convierte en un rival potencial que nadie debería pasar por alto. Con la francesa no hay que confiarse, es una persona que además de ser una innegable eminencia en su área, suele prepararse constantemente, mucho más si va a ser el centro de atención en alguna junta, reunión o evento importante. La inteligencia con la que fue dotada es algo que nadie puede ignorar. Es una mujer astuta, brillante, la mayor parte del tiempo se encuentra en total control de la situación porque no omite nada. Su envidiable mente trabaja al mil y de un abanico de posibilidades, ella les tiene respuesta o solución a todos. No es fácil de engañar, es tan minuciosa y cautelosa, tan recta y preparada, que es probable que caiga en cuenta de tus verdaderas intenciones.

Es, por decirlo de alguna forma, una controladora y obsesiva y no sólo en el trabajo. Es fiel creyente de que todos pueden y deben actuar con buenas formas. Sí, es conservadora. No es divertida o el alma de la fiesta, es madura, independiente y lo que encuentra agradable y entretenido es algo más apegado a las cosas sencillas, que no requieren de mucha bulla. Pero no, que sea tranquila y recatada no quiere decir que se asemeje a una monja o sea una amargada. Quienes la conocen, saben que Katherell jamás se le verá sin una sonrisa en el rostro o siendo deliberadamente desagradable. Su carácter humilde y afable le hace ser compatible con casi cualquier tipo de persona y no tiene problemas con nadie. La energía que expide es positiva, llama la atención en donde se encuentre y no distingue a los demás por clases o estereotipos que, desde su punto de vista, son de pésimo gusto. Amistar con alguien como la francesa es algo en verdad bastante sencillo y de fiar.

En lo personal, cuando de verdad dejan huella en ella, Kath es protectora, dulce, dedicada. Cuida a sus amistades y a su familia y procura su bienestar con pequeños detalles o muestras de cariño, están en primer plano por encima de todo y todos. A pesar de su posición socio-económica, nunca se ha catalogado como una persona materialista, de hecho intenta alejarse de las personas interesadas y no por codicia, no es el tipo de persona que le gusta tener cerca. Así como ella da, espera recibir. Sea un abrazo, una sonrisa, para ella es más que suficiente. Tras la muerte de su madre cuando a penas ella era una adolescente, la velocidad con la que tuvo que madurar, le hicieron adoptar el papel de la difunta con su hermano mellizo. Una parte inconsciente de ella busca sentirse segura, querida y consentida por los suyos.

Es territorial, celosa y tal vez hasta un poco posesiva aunque no le gusta demostrarlo o aceptarlo. Su temple incorruptible más de una vez le ha salvado de comportarse como una joven hormonal, sin embargo, ni así puede negar que tratándose de su hermano, su padre o alguien que quiere en demasía, su instinto territorial sale a juego y se pone un tanto paranoica. No lo va a aceptar ni en mil años, pero suele investigar un poco a las personas que se acercan a sus seres queridos. Le gusta saber a qué se dedican, si no son oportunistas o sus intenciones son reales o no. Perdió a su madre y a su primer esposo, así que quizás eso la haga comportarse de forma insegura o ridícula. No es alguien que permita lastimen a familiares y amistades tan fácil.

También, la testarudez va con ella a todas partes. Es una mujer que no sabe cómo darse descansos o cómo actuar de la manera correcta con alguien que no merece ni una pizca de su amabilidad. Es tan obstinada que una vez llega a una conclusión, es muy poco probable que dé el brazo a torcer. Perfeccionista hasta la coronilla, si algo no sale como lo esperaba, se estresa y lo guarda dentro de sí. La fortaleza de la morena a veces llega a insensatez. Soporta mucho más de lo que está en su capacidad y llena el costal así ya no pueda con algo más. Le resulta difícil ponerse un alto y llega el punto en el que es tanto lo que guarda dentro de sí, que puede explotar en cualquier momento. Cuando eso sucede, busca de irse a casa a descansar. Llora, duerme, se da una tarde libre para renovar energías y volver al siguiente día como si nada hubiera sucedido.

Gustos	Disgustos
● El orden. Nada donde ella esté debe estar fuera de lugar. Tiene una obsesión con el orden porque el empleo que tiene lo requiere. Lleva esto no sólo en lo profesional, también en casa la pulcritud es importante. ● La música clásica. No puede decidirse por Chopin o Beethoven, desde niña escucha sinfonías a toda hora, la relaja y le ayuda a pensar claro. También tiene otros gustos musicales mucho más de acuerdo a su época, pero éste género, sin duda alguna, es su favorito. ● Aprender. Desde idiomas, hasta historia, curiosidades o nimiedades. Es una mujer sumamente curiosa y con sed de conocimiento. Habla al menos siete idiomas y conoce lo más relevante de la historia de todos los países que ha visitado. ● Viajar. Sea por trabajo o por vacaciones, Kath disfruta de conocer nuevas culturas, probar sus más clásicas comidas, visitar museos, monumentos, sitios históricos y demás. Viaja bastante seguido y su sitio predilecto por excelencia, es París. Le trae recuerdos de su madre y también de su difunto esposo. ● La lectura. Considera que leer es una herramienta útil para cualquier aspecto de nuestras vidas. Lee de todo un poco, desde el diario local, hasta obras de Shakespeare. Tiene un peculiar gusto por la literatura francesa después de la revolución industrial. ● Los deportes. No es algo que sea fácil de deducir, pero desde pequeña, tal vez por su hermano mellizo, desarrolló un gusto por el basketball, baseball, el soccer y el football americano. No practica ninguno de los anteriores, no obstante, es una rival dura en tenis. ● Postres. Su debilidad son las tartas, los pasteles, cupcakes o cualquier platillo dulce. Entre las frutas y los postres, Katherell podría vivir en plenitud sin pedir nada más. Intenta balancear bien su dieta para que al final del día, pueda ingerir un pedazo de tartaleta u otro. ● Los días soleados. Tiene muy buenos recuerdos de su infancia en días soleados, con el cielo despejado y calidez abrazadora en el ambiente. No es que deteste el frío, mas sí prefiere unas vacaciones a algún destino con playa, que a un sitio nevado y con clima nublado. ● El vino. Desde el vino blanco chileno, hasta el más refinado Merlot. A mediodía, en la comida o en la cena. Es su bebida favorita y en su casa nunca faltan botellas qué disfrutar después de un largo día de trabajo o para celebrar que algún negocio salió tan bien como lo esperaba. ● Participar en eventos de caridad. Katherell es una mujer que ayuda a los demás sin esperar nada a cambio. Le gusta participar en donaciones cada que le es posible y asistir a galas de caridad para aportar su granito de arena. Es miembro de la UNICEF y en más de una ocasión ha visitado comunidades en condiciones de olvido.	● La impuntualidad. Desde joven la detesta. Sus padres, desde que tiene uso de razón, fueron personas puntuales y aprendió a serlo también. Le irrita que pasen uno o dos minutos y le dejen esperando o viceversa. No importa qué tan llena y apretada esté la agenda, no se permite una falla así. ● Irresponsabilidad. Ligado a lo anterior, cualquier mínima señal de irresponsabilidad por parte suya o ajena, la tensa. Cuando es ella quien comete el error, se siente mal y busca la forma de remediar el error. No es común que pase, pero se lo toma bastante en serio y puede ser un poco exagerada. ● Que la ignoren. Sea en una junta, evento o con amigos y familiares. Considera una falta de respeto que mientras una persona esté hablando, otra simplemente decida hacer caso omiso. Le gusta ser escuchada y por supuesto, escuchar. Intenta no perderse ningún detalle que en los negocios podría resultar bastante grave el ignorar. ● Las mentiras. Es una mujer que intenta ser lo más sincera y directa posible al hablar, cuando le esconden algo, suele darse cuenta en algunas ocasiones, en otras no, pero cuando lo nota, se molesta. Se siente engañada, como si la otra persona no la creyera lo suficientemente lista. ● La discriminación. Por orientación sexual, color de piel o país de procedencia. Le ha tocado en más de una ocasión escuchar comentarios imprudentes sobre las demás personas por ese tipo de nimiedades y no es algo que deje pasar en lo absoluto. ● Las compras compulsivas. Puede resultar irónico, muchos deducen que por su posición socio-económica, Katherell es alguien que derrocha los millones en cientos de cosas que no necesita y no. No llega a la tacañería, no obstante, tampoco es materialista y a excepción de la ropa, sus compras se reducen mucho. ● Hablar sobre su pasado. En específico, hablar sobre su madre, su primer esposo, o ese pequeño incidente del que sólo su antiguo jefe y amigo, Jack Sanders, tiene conocimiento. Los dos primeros sucesos son algo que la entristecen y con normalidad evita el mostrarse débil o sentimental. En los negocios debe ser dura. ● Machismo. Siendo directora general de una empresa importante e inversionista en muchas otras, muchas veces fue tratada entre sus homólogos como si no tuviera capacidad de mando. Kath no sólo se siente más preparada que muchos, lo es y con más razón se empeña en su trabajo. ● Las groserías. No es que las odie o no las diga nunca, intenta reducir éste tipo de palabras en su vocabulario porque le incomoda. Sólo cuando está en verdad irritada y dejando salir todo lo que se ha cargado al hombro en meses, es cuando suele decir una que otra y no de las peores. No le gusta. ● Los cigarrillos. Prefiere, de tener que hacerlo, fumar un puro de buena procedencia. El sabor y el olor le resultan agradables porque le recuerdan a su padre. Sin embargo, los cigarrillos le parecen mucho más tóxicos y dañinos para la salud, además de oler y saber horrible.
Hobbies&Manias	Miedos&Fobias
● Acomodar su cabello constantemente al pasar frente a cualquier espejo. ● Morder o relamer sus labios cuando está nerviosa. ● Enarca una ceja cuando algo le resulta interesante o, en su defecto, le molesta. ● Adquirió la maña de sujetar un bolígrafo cada que habla por teléfono. Cuando era asistente, solía anotar cosas todo el tiempo. ● Cuando está pensativa, se queda mirando a la nada y se abstrae tanto que ignora lo que sucede a su alrededor. ● Perfecciona sus prendas de vestir cada que se pone de pie. Es demasiado pulcra y lo hace sin darse cuenta.	● Perder a su familia. ● Estar en espacios cerrados, con mucha gente, por mucho tiempo. ● Encontrarse, de nuevo, con quien quiso hacerle daño.

Historia

Alexandre y Hildex, una pareja que a pesar de conocerse en plena juventud, esperaron el tiempo suficiente para contraer matrimonio. Eran un par de chicos maduros que además de buena posición económica, presumían de buenos modales y buenas maneras, Se conocieron al inicio de su carrera, medicina, y la terminaron años después, ambos especializados en diferentes áreas y tras establecerse bien tanto económica como laboralmente como especialistas en hospitales privados, fue cuando decidieron ampliar la familia y así fue. Nueve meses más tarde nacieron un par de mellizos a los que recibieron con la ilusión de ser padres. Estaban preparados para ello.

La infancia de Katherell se caracterizó principalmente por dos aspectos. Primero, la brillantez que pareció heredar de sus padres. Fue una niña tranquila que nunca, o casi nunca, requirió llamados de atención considerables. Fue responsable desde que los primeros matices de consciencia comenzaron a aparecer cuando a penas era pequeña. Segundo, la unión con Caleb, su hermano. Para la morena, él siempre fue una pieza esencial de su tablero, era unida a él en demasié y por mucho que no le siguiera en todas sus travesuras, prefería estar a su lado que en compañía de otros niños de la edad o familiares.

Nunca le faltó nada. Sus padres eran médicos responsables y entregados a su profesión, por supuesto, pero nunca dejaron solos a sus ojos y poco a poco, Katherell se moldeó de manera innegable a la forma de actuar de su madre. Tomó lo mejor de ella, sus modales, sus manías, inclusive hasta la forma en la que se movía y hablaba. Se hizo fan de la lectura a una corta edad y eso, sin lugar a dudas, enorgulleció a sus padres. La transición de niña a adolescente, en sus primeros meses, no fue para nada complicado, pues era una réplica exacta de Hildex. Su personalidad no fue más allá de una actitud más solitaria, tímida y dedicada enteramente a sus estudios.

Kath, como solían llamarla todos en casa, era la sombra de su hermano mellizo en el mejor de los sentidos. Eran muy unidos, andaba de un sitio a otro detrás de él y muchas vece, a hurtadillas, para saber en qué pasos andaba. No quería que su mejor amigo se convirtiera en uno de los chicos brabucones y pesados del colegio que tanto le desagradaban así no se metieran con ella porque tenía carácter y no temía el ir con las autoridades del colegio a poner sus quejas. Era una muchacha ejemplar que sobresalía por sus buenas notas y comportamiento adecuado fuera y dentro de clases. Tanto en casa como en el colegio era responsable y no requería de llamados de atención.

Pero el golpe más duro en la vida de la francesa, llegó justo un día antes de su cumpleaños número doce. Caleb, su madre y ella salieron hacia el centro de París para comprar los regalos correspondientes y todo marchaba bien hasta que el destino dio un giro de ciento ochenta grados para la familia. Fue aquella tarde cuando los De Beaulieu perdieron el pilar más importante para ellos. Hildex fue víctima del crimen en un abrir y cerrar de ojos, un disparo en el pecho marcó su suerte. La doctora, cuando cayó al suelo, ya estaba muerta. La herida de bala fue fulminante, a nadie le dio tiempo de procesar nada de lo que sucedió, nadie pudo ayudar. Todo, lamentablemente, sucedió demasiado rápido.

Los gritos, el llanto, la rabia. Era una joven todavía, sí, pero quedaron demasiadas interrogantes en su cabeza y muchos sentimientos encontrados que la llevaron a aislarse de todos y todo por miedo, por recelo, porque le habían arrebatado a una de las personas que más amaba y de la manera más cruel. La escena se repitió una y otra vez en su cabeza y su padre, Alexandre, supo que no iba a poder solo. El dolor azotó a los franceses y era tanto para ellos, que tuvieron que recurrir a ayuda profesional. Katherell comenzó terapias con el psiquiatra y poco a poco logró salir de aquél bache que durante unos meses, la estancó en la depresión.

Regresó a sus estudios y sólo unas cuantas semanas después y con todo e inseguridades, afrontó la realidad sin su amada madre. Con ayuda de su tía Rose, hermana de su padre, logró salir adelante y conforme fue creciendo, fue tomando el papel de Hildex en la vida de Caleb. Estuvo pendiente de é hasta que perdió el miedo a perder a otro miembro de su familia, pero para entonces, ya estaban ambos por ingresar a la Universidad y por lo menos en el caso de Katherell, así sucedió. Ingresó a la carrera de Comercio y Negocios Internacionales, siendo ya una chica completamente normal, tal y como los demás, pero profesando amor a sus estudios tal y como a su madre le habría gustado.

Ejerció dedicación y por azares del destino, conoció a quien en unos años más adelante, sería su esposo. Se graduó y contrajo matrimonio con un hombre francés que era todo un caballero, que merecía a Kath tanto como ella a él y aunque los planes de agrandar la familia entre ellos estuvo presente, sucedió algo que impidió la morena pudiera quedar embarazada. Al poco tiempo de haberse casado, Adrien enfermó de algo que por desgracia lo llevó a la muerte. Llevaban a penas unos meses viviendo juntos cuando se enteraron que él padecía de leucemia mieloide y que los tratamientos, debido al avance de la enfermedad, eran inútiles. Adrien falleció después de un año y medio de deterioro constante.

Afrontó su segunda pérdida con madurez y fortaleza, y por la sabiduría que le brindó la experiencia. Su padre y ella, ya que Caleb había empezado para entonces una gira musical, decidieron mudarse al país vecino, Inglaterra, justo en la ciudad de Sheffield donde ella, más pronto de lo que imaginó nunca, encontró trabajo como asistente personal de un empresario e inversionista con el que se acopló demasiado rápido. Jack se convirtió en más que su jefe, en un amigo y con el tiempo, además de su amistad, Katherell intentó llamar la atención del inglés. Se enamoró de él y lo mantuvo en silencio durante años hasta que conoció a alguien que se convirtió en alguien importante para ella.

La francesa comenzó a salir con uno de los empresarios más exitosos en el mundo de los negocios y pensó que por fin su vida se encontraba balanceada. No mucho después, Kath recibió una propuesta laboral que no pudo rechazar aunque fue duro para ella. Se convirtió en la directora general de una empresa financiera en París, Francia; volvió a su país natal a un costo alto que hasta la fecha le duele. Terminó su relación con Alek Dankworth y, por si fuera poco, abandonó su trabajo como asistente en el que obtuvo toda la experiencia que tiene hasta el momento. Pasó casi un año desde su partida de tierra inglesa y ahora ha vuelto, pero no a la misma ciudad.

Actualmente, Katherell vive en compañía de su padre en la famosa Cambridge. Se mudó junto con la dirección general de la compañía que dirige y ha perdido contacto con sus viejas amistades en Sheffield, tras su ruptura amorosa, aprovechó la distancia para reacomodar varias cosas en su vida que requerían atención y espera volver a retomar la cercanía si ellos se lo permiten, ya están más cerca e internamente se siente preparada para afrontar lo que sea que se interponga en su camino.

Familiares

Alexandre V. De Beaulieu / Padre
Hildex A. Mounier / Madre (Fallecida)

Info Extra

● Tiene una maestría en ciencia política y un doctorado en derecho público y privado internacional. Son sus ramas favoritas de las ciencias sociales.
● Tras el asesinato de su madre, tuvo que asistir con psiquiatras que le ayudaran a superar la depresión y tardó un tiempo antes de dejarlos completamente.
● Cada año visita París por lo menos un par de veces. Suele llevar flores al lugar donde descansa su madre y su difunto esposo.
● Tiene un par de tatuajes discretos.
● Le gustan los animales aunque no tiene mascotas porque considera irresponsable adquirir una y no contar con tiempo para cuidarle como es debido.
● Vive con su padre, ella es la cabeza de la familia y no se ve separada de él.
●  Nunca celebra su cumpleaños. Su madre falleció un día antes de su fecha natal y evita celebrar a toda costa. Para ella es como un día normal, común y corriente.
● Está enamorada de alguien desde hace bastante tiempo. Es algo no correspondido y prefiere no hablar sobre el tema.

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