I am that bad? - Gal {Lun Jul 27, 2020 11:57 pm}

Abre la alacena y mira las botellas, se decide por la de whisky que está a medias de hace ya un par de fines de semana, así que la abraza con un brazo y se pone además a hacer un saqueo de comida chatarra, tomando cajas de galletas, bolsas de papas fritas, lo que se encuentra que hayan surtido ella y su mellizo para sus antojos del mes.
Su móvil suena, es una llamada justamente de su mellizo, pero a como puede lo manda a buzón y se va con todo su botín a la sala a ponerse el Netfilx, necesita distraerse y no pensar así como llenarse de carbohidratos.
Mira las bolsas de comida chatarra y comienza a sollozar,  toma la botella y se zampa casi todo el líquido, sabe que va a ocupar más, la película de fondo es la primera que se topa de terror.

Apaga la pantalla de su móvil cuando la llamaba va a buzón con el entrecejo fruncido.Le llama un poco la atención de que su melliza no le respondiera y que minutos más tarde no le hubiera enviado mensaje alguno. Se despide del grupo de estudio que se habían reunido estudiar para el próximo estudio y se dirige hacía su piso-.

Cuando ingresa se encuentra a su hermana rodeada de comida chatarra y con la tele sonando — Hey, ¿porque no me atendiste? — Se queja mientras va dejando su mochila a un lado y también se quita la chaqueta. Camina hasta el sofá y ve más claramente la escena —¿Y a ti que te ha picado? — Inquiere, pasando la mirada de la botella de whiskey a la pelirroja.

Escucha la puerta abrir y los pasos, Gal ha llegado, pero ni siquiera levanta la mirada, vuelve a dar un trago a la botella y mete la mano en una bolsa grande de Cheetos.
La pregunta la deja en el aire, no le responde, solamente le hace una seña para que se siente a su lado a ver la película ya empezada y le pasa la botella para que beba con ella así como una de las bolsas de chuches. Nuevamente deja su siguiente pregunta sin respuesta, no quiere hablar, se siente enojada, frustrada, humillada, tal vez triste, y tan pronto su hermano le hace compañía en el sofá recarga su cabeza en él y se acurruca como niña pequeña.

— Matthew me fue infiel — es lo único que dice y le arrebata la botella recién entregada alta beberse el último trago. Se levanta y se va a por otra, de lo que sea, apenas y siente ese efecto anestesia del alcohol.

Toma la botella  que le pasa y le da un sorbo mientras termina de acomodarse en el sofá. Presume que lo va a necesitar porque algo malo le ha ocurrido a su melliza. Se la queda mirando de reojo sin prestarle demasiada atención a lo que esta pasando en la televisión ni de que película se trataba. Simplemente esperaba que la pelirroja le dijera que era lo que sucedía. Las palabras ajenas lo toman de sorpresa. Su primer reacción es de enojo — Lo mato — Masculla entre dientes. Si lo dejaban ahorita mismo iba y le daba la paliza de su vida, aunque el ojiazul no sabía demasiado pelear — No vale que te pongas mal por él, es un imbécil — Sentencia, como si eso fuera a solucionarlo de alguna forma.

No puede evitar reírse muy apenas ante la reacción de su mellizo — No vale la pena — no es que lo quisiera demasiado, y perderle no es lo que le tiene así realmente, sino más bien que le ha pegado el asunto en su orgullo, aunado a eso el mal rollo en su trabajo, no podía perderle, estaba gusto, ganaba bien ahí, tenía además el tiempo para poder dedicar a la Uni, compaginaba bien las dos cosas sin tanto lío — Es una tontera, pero ya me sentía mal  por cosas del trabajo —  dice antes de irse y regresar con otra botella ahora de tequila, le importa nada mezclar, lo que quiere es no pensar mucho en nada. — La chica es preciosa — dice desde la cocineta.

 Entrecierra los ojos lentamente mientras abre uno de los paquetes de papas — Es un imbécil pero puedo matarlo igual, ¿sabes? — Incluso esta seguro que más de uno de sus amigos estaría dispuesto a darle una mano sobre ese asunto. Más allá de que sabe que su hermana no estaba muy fascinada con el varón, no quería decir que aquello no fuera algo que el ojiazul tomará como valida la acción de su congeneré. Toma la botella y le da un sorbo — ¿Que paso en el trabajo? — Inquiere ahora mirándole con mayor preocupación. Eso si le parecía algo más importante que el desliz de Matthew. Luego su expresión pasa a una sorprendida — ¿La has stalkeado o los has visto juntos? — Porque ese dato le sorprende un poco a decir verdad. Larga un — Pff — Negando con la cabeza enfático — Puede ser, pero nadie te gana — Replica, echándose a su lado con seriedad.

En lo que regresa con su mellizo ya le ha pegado dos tragos al tequila, comenzando a sentir esa relajación muscular y dejez mental — Lo sé — sonríe y se deja caer tal cual costal una vez más al lado de su hermanito — Pero sería darle la importancia que no tiene — confirma que no esta tan dolida con la perdida a nivel emocional, que lo herido ahí es su ego, ¿cómo se atrevía a haberla dejado como idiota? porque estaba más que segura que ella no era la única enterada del asunto, aunque, si había más gente que lo sabía, la idea de su hermano sonaba agradable. Rueda los ojos y bufa, dando un trago más y encogiéndose de hombros, no es un secreto lo respondona que es, así sea su jefe, si algo piensa o siente mal lo suelta, cosa que no agrada mucho en el ambiente laboral — Tal vez tengo un carácter algo fuerte y complicado — hace una sonrisa inocente, pero sabe que su hermano la conoce.
Se tapa con el cojín del sofá y pega un grito ahogado por el mismo, lo ha estado stalkeando, incluso logró meterse a su Facebook y le ha cachado mensajes y no solo eso, fotos. — Pues ella me gano — se asoma muy apenas del cojín.

 La verdad no sabe si debería ponerle un freno a su melliza con la bebida o si debería dejarla ser pero al final decide que mejor en esos momentos era dejarla ser y unirse a ella, aunque al día siguiente cargaran con una resaca terrible. Le quita la botella de la mano y le da un sorbo largo y se la regresa — Bueno pero capaz así aprende —Igual agradecía que no hubiera encariñado con ese idiota a decir verdad — Siempre me pareció un estúpido — Asiente con la cabeza. Igual aunque su hermana le dijera que no ya tenía pensada alguna venganza. Una cuestión de orgullo nomás. Suelta una risa cuando la escucha — Bueno pero dime algo que no sepa —Del carácter de la pelirroja estaba bien al tanto no había nada nuevo bajo el agua.
Le observa alzando una ceja alzada por a través del cojín — De todas formas no — Niega rotundamente con seguridad — No hay nadie que te gane, es básicamente imposible que alguien nos gane con estas caritas —Se señala a si mismo y luego a ella.

 A pesar de que regularmente son un pleito constante entre ambos, también debe admitir que su hermano es la persona más o bien la única que le conoce como nadie en el mundo y a quien más adora, quien siempre le apoya incluso cuando ella sabe que está mal, y agradece tenerle en su vida, porque de no ser así, seguramente estaría bien perdida, no concibe sus días sin él.
Frunce los labios en un gesto pensativo, pero después niega con un par de movimientos de cabeza y sonríe, el otro le ha sacado la botella y parece unirse al asunto de ahogarse en alcohol tal cual torunda. — Sí lo es — frunce la nariz, le parece humillante que en efecto alguien la haya hecho pasar por una cosa así.
Suelta entonces una carcajada sonora, el rápido consumo de alcohol ha le comienza a hacer. Le da un empujón juguetón y esta vez ella es quien arrebata la botella y le pega tremendo trago.  — Y sí — se alza de hombros con ego — Pero sabes, tú eres aún más — y estira la mano para apretarle las mejillas  y hacerle poner una duckface. — Eres tan apuestoooooo — se carcajea y le planta un beso en los labios así como esta.

El castaño es consciente de que si estuviera en sus manos se ocuparía de que al otro idiota se le fuera las ganas de volver a hacer algo similar. Y no es que el fuera algún santo, seguramente sus ex's novias tendrían algo que decir al respecto, pero por supuesto que diferente era cuando se trataba de su melliza, a quien tranquilamente podía darle su brazo si así lo necesitara. Es claro que sería capaz de pasar varias líneas por ella a pesar de que por momentos pudiera parecer que no se soportaran.
Se entrega a la botella en ese ritual de resignación momentánea pues parecía ser que era la mejor forma de acompañar y prestarle un hombro a la pelirroja, aparte de despotricar contra el susodicho — No siempre tienes buen gusto — Bromea con diversión, en un intento de picarla inocentemente.
Se carcajea con la reacción contraria y empieza a picar una de las costillas de la contraria — Por supuesto, ¡mírame! —Se ríe el castaño señalando su carita pero acto seguido se deja hacer por ella — ¿Donde encontraras otro como este? — Bromea mientras toma las mejillas de la contraria y la aprieta con diversión, dejándose hacer por ella y tirando un mordisco al aire.